Las reglas del juego vuelven a cambiar entre compradores y vendedores de viviendas. Con el incremento de las transacciones y el incipiente repunte de los precios de las casas, el comprador ha perdido parte de su poder de negociación.
Durante los años de crisis ha tenido la sartén por el mango y exigía rebajas del precio inicial de entre un 40% y un 50% para cerrar el trato.
Hoy, en el mejor de los casos, y si se tiene buena mano para negociar, puede optar a una rebaja máxima del 15% o el 20%. “El descuento que podemos plantear en estos momentos es menor que antes y depende mucho de la localización. Ver la noticia completa